Los sistemas de climatización con bomba de calor que hay instalados en la mayoría de los hogares españoles presentan un gran número de ventajas frente a otros sistemas de calefacción.
- Son equipos reversibles: Ofrecen refrigeración en verano y calefacción en invierno. Son una completa solución que garantiza una adecuada temperatura en el hogar todo el año.
- Funcionan con energía renovable: La bomba de calor utiliza la aerotermia como base para su funcionamiento. La aerotermia, es una energía gratuita y renovable capaz de aprovechar el calor contenido en el aire que nos rodea.
- Generan menos emisiones de CO2: Los sistemas de bomba de calor no producen emisiones directas de CO2, y aunque necesitan un aporte de energía eléctrica para funcionar, sus emisiones son considerablemente inferiores a las de sistemas de calefacción tradicionales como las calderas de gas. Así, utilizando la bomba de calor se contribuye a preservar el medioambiente y a cumplir los objetivos 20/20/20 de la UE que persiguen emitir un 20% menos de CO2, consumir un 20% menos de energía y generar el 20% de la energía con fuentes renovables. Si, además, se trata de equipos que utilicen refrigerantes de última generación, como el R-32, se puede reducir el Potencial de Calentamiento Global en un 58% (como es el caso de equipos tipo Split como Daikin Emura II R32 o Ururu Sarara R32).
- Proporcionan un elevado ahorro energético: El uso de equipos de bomba de calor con tecnología Inverter y de la más alta eficiencia energética (A+++) puede reducir en hasta un 30% el consumo de energía. Además, los sistemas de bomba de calor tipo Split permiten climatizar la vivienda por zonas, es decir, se puede calentar o refrigerar sólo aquellas estancias del hogar en las que hay personas, en lugar de climatizar toda la vivienda evitando así un desperdicio de energía y un mayor coste.
- Garantizan un aire limpio y de calidad: Gracias a que incluyen filtros especiales que eliminan las partículas microscópicas suspendidas en el aire, neutralizan los malos olores y limitan la reproducción de bacterias, virus y microbios, garantizando una buena calidad del aire. Su mantenimiento es muy sencillo, basta con limpiar los filtros de forma regular, bien aspirándolos o limpiándolos con abundante agua y jabón neutro, y dejarlos secar antes de colocarlos nuevamente.